Tras la implantación en España del Espacio Europeo de Educación Superior, la ingeniería informática queda fuera del Real Decreto 1837/2008, de 8 de Noviembre, por el que se incorpora al ordenamiento jurídico español normativa europea relativa al reconocimiento de cualificaciones profesionales.

En la actualidad la situación sigue más o menos igual, aunque se han aprobado algunas regulaciones relativas a la informática. La proposición no de ley 161/002878, aprobada el 11 de febrero de 2015 con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, insta al Gobierno a adoptar las medidas necesarias para que la ingeniería informática tenga el mismo nivel de definición académico que el resto de ingenierías, aunque por ahora todavía no se han producido avances significativos a este respecto. Hoy en día en España, las competencias establecidas en la resolución 12977/2009, de 8 de junio, definen indirectamente lo que deben saber, y saber hacer, los ingenieros informáticos.

El acceso de los ingenieros a la profesión se hace de distintas maneras en el mundo. En general hay tres modelos: los ingenieros profesionales con licencia, los ingenieros certificados o acreditados profesionalmente y el modelo basado exclusivamente en el título universitario. Lo que viene a continuación es esencialmente un resumen de este recomendable artículo.

El modelo basado en la licencia, con Estados Unidos como principal referente (también se da en Canadá, la India o Japón), asume que además de unos estudios superiores acreditados, es necesario un aprendizaje tutorizado y práctica documentada y compulsada, y exámenes en su caso, para poder hacer un pleno ejercicio de la profesión con garantías para la sociedad. Es el modelo más cercano al de los antiguos gremios profesionales. Sus características habituales son que el título de ingeniero profesional está protegido por la ley, el título académico típicamente no, la profesión está regulada y hay atribuciones reservadas exclusivamente a los ingenieros profesionales, la colegiación es obligatoria, la especialización se adquiere por la práctica tutorada y certificada más que por los estudios, y existe un código ético estricto al que se comprometen los ingenieros profesionales.

En el modelo basado en la certificación y el registro, con el Reino Unido como ejemplo principal (también se usa en Hong Kong, Malasia, Singapur, Nueva Zelanda y Australia), la profesión no está regulada y por tanto no existen atribuciones profesionales ni colegios propiamente dichos (aunque sí que hay asociaciones profesionales reconocidas por el estado). La competencia profesional se certifica y registra, en distintos niveles y de manera voluntaria, por una entidad acreditada para ello e independiente de las universidades. La certificación supone el reconocimiento de unas competencias y/o una especialización por encima de la del ingeniero no certificado. No se puede acceder a la certificación si no se tiene un título profesional reconocido y que dé este acceso.

En el modelo basado únicamente en el título universitario, la profesión está regulada, existen colegios profesionales y los ingenieros deben colegiarse para realizar determinados trabajos en los que asumen atribuciones. El único requisito para la colegiación es un título universitario reconocido, no se necesita ninguna prueba adicional. Este modelo se da en España, en la mayoría de los países de América Latina y en algunos de África.

En Europa la situación es muy variada. En general la profesión no está demasiado regulada (Alemania, Francia), o no lo está en absoluto (Reino Unido, Holanda, Bélgica, Suecia, Finlandia), aunque por ejemplo en Italia o en Portugal sí que se encuentra regulada. En cualquier caso, lo habitual en los países europeos es que la ingeniería informática no se trate como una excepción, y tenga la misma regulación que el resto de ingenierías en ese país.